Yogui fue lanzado a través de la valla de nuestro refugio y allí lo encontramos. De primeras se mostró muy juguetón y cariñoso. En el reconocimiento veterinario nos confirmaron que es sordo. A pesar de ello, en el tiempo que lleva de acogida en casa, su comportamiento es muy bueno. Aprende rápidamente, aunque guiándose por la expresión gestual o corporal. Parece haber estado encerrado/atado largo tiempo en un espacio pequeño, pues al principio mostraba síntomas de inquietud y daba vueltas en círculo. Esta conducta se ha ido corrigiendo con una rutina ordenada de salidas y ejercicio y con cariño y compañía. Es tranquilo en casa, obediente cuando comprende lo que debe hacer y le gusta mucho jugar.