Tuvimos que separarlo de la madre cuando aun tenía un mes, porque si no lo recogíamos el dueño iba a dárselo a unos niños. En el refugio se contagio de parvovirus pero sobrevivió. Ha tenido varias casas de acogida pero nunca ha tenido un verdadero hogar. Es un perro muy guapo, noble y cercano. Obediente y tranquilo. Pero algo desconfiado y miedoso al principio. En cuanto coge confianza es muy cariñoso y le encanta jugar. Es un amante de las pelotas y corretear por ahí con otros perros.