Iba a ser abandonado y sus dueños lo adoptaron. Ha estado con ellos desde pequeñito pero por motivos laborales de su dueño y ya que la familia ya no vive en este país, el perro pasa mucho tiempo solo en casa. Odia la soledad y aulla, ladra y a veces araña la puerta reclamando atención. Esta situación le duele mucho a sus dueños, porque no pueden darle lo que quiere y al verlo sufrir, sufren ellos también. No juega mucho con las pelotas pero le gustan las cosas para poder morder. Ladra cuando llega gente a la casa pero sin agredir, luego se le pasa. En los paseos se emociona y quiere ir a todo sitio y olerlo todo, tiene un poco de fuerza pese a tu pequeño tamaño. Cuando llegas a casa te da una bienvenida ejemplar, es un gran amigo y compañía.