Esta cachorra se encontraba abandonada junto a sus hermanos y su madre, una perrita muy joven, en un agujero que había quedado de haber echado escombros en una obra. Una chica los vió y los acogió a todos. Ella ya tiene una dálmata en casa, y no puede quedárselos, pero los acogerá hasta que les encontremos unos buenos amos. El resto de sus hermanos ha tenido la suerte de encontrar un hogar. Ahora solo queda que Tragona lo encuentre. Es muy tranquila y buena.